No hay niño que se resista a una pizarra, buscan la tiza y ¡a dibujar! Es tan fácil como comprar un bote de pintura especial pizarras, una brocha y darle un par de manos a la pared elegida de su cuarto.
La habitación de vuestros hijos ganará un rincón de juegos y un poco de polvo por el suelo, para qué nos vamos a engañar, la idea es muy buena aunque un poco sucia. Pero cuándo veáis a los niños escribir sus primeras palabras o dibujar una casa con chimenea y humo saliendo de ella, habrá merecido la pena barrer tiza.
Si os gusta la idea pero todavía no tenéis niños, podéis pintar una pared de la cocina o parte de un mueble, os servirá de agenda o para apuntar la lista de la compra.
Imágenes:
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